Algunas particularidades en la clínica lgtbi+
- Mateo Psi
- 30 sept 2022
- 6 Min. de lectura

Todas estas particularidades están recogidas en base a mi experiencia en la consulta, no son verdades universales ni generalizables a todos los casos, pero si son vivencias que muchas veces se repiten.
Experiencias que se repiten en todo el colectivo:
- Se crece en un contexto de lgtbifobia: más o menos explicita, en unos lugares más que otros, pero siempre expuestos a algún tipo de rechazo que se acaba interiorizando.
- Se vive un proceso de autoaceptación constante.
- Muchas veces se da una aceptación por parte de la familia silenciosa: se acepta la diversidad del hijx pero se convierte en un tema tabú. Además, en muchas ocasiones, por vergüenza, se da negación por parte de los padres de las dificultades que para ellos puede suponer, reiterando que es algo que integraron bien desde el primer momento lo cual puede ser difícil para el hijx si realmente no fue así.
- Ausencia de modelos/roles sociales: como individuo, en pareja, de maternidad/paternidad…
- La vivencia de no haber tenido infancia y/o adolescencia; doliendo tanto lo que se vive como lo que no se vive.
- La primera pareja no solo es alguien con quien se comparte una experiencia afectivo-sexual sino también alguien con quien se construye identidad; por tanto, no es solo la primera pareja si no muchas veces el primer par con cierto nivel de intimidad.
- En parejas homosexuales a veces se da una tendencia a mimetizarse y a compartir todos los espacios dando poco lugar a espacios/practicas/gustos particulares.
- El encontrarse mejor en grandes ciudades que en zonas rurales ya que existe menor probabilidad de rechazo.
- En pareja, disparidad lgtbifóbica: que cada miembrx tenga un nivel de aceptación de su homo/bisexualidad o de su identidad de género y como esto afecta a la pareja.
Gays:
- Miedos, fobias y obsesiones con respecto a la infección por VIH y otras ITS
- Severos ideales de belleza, obsesión e insatisfacción con la imagen corporal: grandes rutinas de gym, esteroides y tca.
- Mayor uso de drogas y alcohol (como manera de regularse) debido al rechazo sufrido, además de que muchas interacciones entre chicos gays se dan en locales nocturnos (cultura que se crea entorno a la noche, las drogas, el sexo y que acaba normalizando practicas a veces muy nocivas)
- En relación con lo anterior, en muchas ocasiones una identidad que se crea entorno a la fiesta, los cuerpos y las drogas… El acceder al sentimiento de pertenencia muchas veces se consigue exclusivamente en entornos de fiesta.
- El chemsex como fenómeno que se diferencia del sexo con uso de drogas: ritualización e instrumentalización del encuentro con el otro para anestesiar el dolor de no pertenecer, de ser rechazados.
- Homofobia interiorizada que impregna las prácticas sexuales: por ejemplo, el rol de pasivo vivido con vergüenza. Muchas veces el sexo solo se hace posible bajo los efectos de sustancias por la vergüenza de llevarlas a cabo sobrios lo que facilita relaciones riesgosas, contraer its… (en este sentido, estudios demuestran que, a mayor homofobia interiorizada, mayor probabilidad de contagio)
- Hombres que viven con VIH: relaciones sexoafectivas afectadas, relaciones que se vertebran entorno al VIH, dificultad para realizar el duelo por contraer VIH…
- Parejas cerradas, parejas abiertas, triejas y poliamor.
- Cuestionamientos y dificultades para la paternidad.
Lesbianas:
- Haber crecido en un mundo machista y homófobo: La vivencia de ser doblemente discriminadas, por mujeres y por lesbianas. (Según algunos estudios, los hombres homosexuales presentarían más homofobia interiorizada que las mujeres ya que la mujer lesbiana se siente más discriminada por mujer que por lesbiana)
- En pareja se puede dar mayor vinculación que en gays pero también mayor simbiosis y dependencia y a veces esto se traduce en cierto aislamiento social y en una autonomía mermada. Son parejas que se vertebran más en torno a los cuidados que las parejas gays.
- Hipercomunicación: un arma de doble filo. Por un lado, que haya más comunicación de la que puede haber en relaciones heterosexuales ayuda, aunque a veces existe un exceso de comunicación que se hace poco efectiva; se crea mucha intimidad y cercanía, pero se deja poco lugar a espacios personales lo que se puede traducir en que se dé una disminución de deseo sexual.
- Consultan más que los hombres por disminución en las relaciones sexuales en la pareja.
- Tendencia a la pareja cerrada.
- La manera de expresar malestares psicológicos, en términos generales, varía entre hombres y mujeres al haber sido socializados de diferentes maneras; los hombres tienden a expresar estos malestares a nivel conductual, externalizándolos (con trastornos adictivos, sintiéndose más cómodos con emociones como el enfado…) y las mujeres a nivel cognitivo, internalizándolos (agorafobias, trastorno ansiedad, tca’s…), además, muchas veces los mismos síntomas en hombres y mujeres serán encajados en diagnósticos diferentes por sesgos de género. Las lesbianas, como mujeres, tienden a presentar síntomas más internalizantes por lo que lo que se presenta en consulta suele tener más que ver con crisis de angustia, ansiedad generalizada, falta de autonomía. Además, hay emociones como la culpa, que también están muy presentes en mujeres.
Bisexuales:
- Todas las citadas anteriormente.
- Lidiar con el juicio de la sociedad sobre las personas bisexuales vistas como viciosas o personas que se conforman con cualquier afecto.
- La pesada sensación de tener que defender su bisexualidad acompañada a veces del propio cuestionamiento de esta.
El fenómeno de la violencia intragénero:
(Nota: dar voz a esta realidad no deslegitima la violencia que sufren las mujeres por el hecho de serlo)
Varios estudios indican que se da violencia con la misma frecuencia que en parejas heterosexuales, aunque, a las formas de control habituales, se añaden otras como amenazar con desvelar la orientación sexual o el estado serológico de la pareja, amenazar con razonamientos del tipo “no vas a encontrar a nadie como yo, la vida de la gente homosexual es asquerosa sin pareja…”
Es una realidad silenciada ya que, por un lado hay menos conciencia de violencia puesto que al estar “en igualdad de condiciones” por pertenecer al mismo género no se tiene tan en cuenta la violencia y además, la homofobia interiorizada ayuda a que se naturalice la violencia (algo así como: “esto no es una pareja normal ya que no es heterosexual, por tanto, es normal que sea tóxica…”) y por otro lado es silenciada ya que la víctima se expone a la posible homofobia de las instituciones si denuncia la situación.
Trans*:
- Historia de transfobia en la familia y/o entorno que lleva a un fuerte rechazo interiorizado, aislamiento social y muchas veces a una identidad poco construida; no solo hay que construir una identidad de género si no una identidad global.
- Necesidad de acompañamiento durante el proceso de afirmación del género y a la hora de comunicarlo a familiares y/o entorno.
- Necesidad de acompañamiento en el proceso de transición social y/o médica poniendo en palabras todas las emociones que puedan ir surgiendo durante las modificaciones de su expresión de género.
- En chicos trans en muchas ocasiones una muy fuerte identidad académica/intelectual (que a veces habrá servido de refugio frente al aislamiento) pero identidad poco construida en otras áreas. En la línea de lo anterior, en muchas ocasiones, mucha severidad y exigencia en torno a lo académico/laboral. En chicas trans la identidad tiende a vertebrarse más en torno a la imagen corporal.
- La pesada sensación de tener que entender psicológicamente el fenómeno trans* para así poder justificarlo.
- La pesada sensación de tener que justificar y defender continuamente su identidad de género.
En cuanto a la disforia de género:
- Muy dependiente del contexto social (¿con que ojos me ven…? ¿es este contexto permisivo y acepta la transgresión de los estándares de género o no?) y del grado de intimidad en la relación.
- Presente sobre todo en el área sensual/sexual o en situaciones sociales en las que el binarismo de género se hace protagonista.
- Cuestionamiento continuo: soy tan, más o menos trans que x….?
- Obsesión y perfeccionismo en torno al físico incurriendo en dietas, ejercicio fisico, retoques constantes…
- Conflicto interno entre: “el cis-passing me va a otorgar tranquilidad social y personal” pero “no debería someterme a los estándares de género”. Este debate interno de las personas trans corresponde a un debate que existe en la sociedad, hay una parte que defiende que la transfobia afectará menos a quien se reconcilie con su diversidad (es decir, que no necesite el cis – passing para encontrarse bien) y otra parte que piensa que es “más fácil cambiar el cuerpo que sanar el alma” ya que, y cito a Elisaveth Duval, autora de “Despues de lo trans… “no se puede exigir en una sociedad que enseña a las personas trans a odiar a su cuerpo, que se reconcilien plenamente con el suyo y no procedan a ninguna modificación para recibir un mejor trato social”
(Por tanto, el acompañamiento no se erige de una manera determinada y única, habrá que acompañar al paciente a encontrar la relación más cómoda con su género tanto psicológico como corporal que dependerá de que encuentre un lugar cómodo en el mundo).
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